La Compostela es el certificado que se entrega al peregrino-si así lo desea- al finalizar su Camino de Santiago. ¿Cuál es su origen? Nos hemos ido a la página de la Catedral de Santiago para recoger la historia de un documento que recogen miles de peregrinos cada año. Primero hemos de remontarnos a los inicios de las peregrinaciones, aproximadamente a los siglos IX y X, cuando ya habían adquirido unas dimensiones considerables. Entonces surgió la necesidad de acreditar haber hecho el Camino; aunque inicialmente se emplearon elementos como por ejemplo la concha de la vieira, lógicamente eran demasiado fáciles de falsificar. De ahí que se pasara a las denominadas Cartas Probatorias, expedidas en el siglo XIII, mucho más difíciles de falsificar. Son el germen del actual documento que conocemos como Compostela.
Después de construirse el Hospital Real por parte de los Reyes Católicos (hoy el Parador Nacional que lleva su nombre), se hizo popular que aquellos peregrinos que portasen el citado certificado podían hospedarse de forma gratuita durante tres días. Posteriormente, con el importante crecimiento registrado en los diferentes Caminos de Santiago, comenzaron a aparecer documentos similares a la Compostela. Hecho que provocó que el Cabildo de Santiago limitase la expedición de la Compostela a aquellos que acudan a la Tumba del Apóstol con motivos religiosos o bien espirituales. O por ambos. Si es a pie se exige haber recorrido los últimos 100 kilómetros; en bicicleta los últimos 200 kms. Y se ha de presentar la Credencial sellada a lo largo de la ruta.